5.8.10

Los estornudos del amor

Cuando arranqué con todo esto de ZEDICIONES, uno de los primeros textos que edité en una colección de cuadernillos allá por el 2007 fue uno de Diego Arandojo, escritor, director de cine, productor, entre otras actividades. Para la ocasión Diego me envió dos textos, uno quedó publicado y el que sigue a continuación quedó afuera. Ahí va, entonces.
¡Ah!, hay un libro de tirada limitada y hecho de manera artesanal y única cada ejemplar que anda dando vueltas por ahí, se trata de una novela a dúo “Memorias de una meretriz abducida” de María García y Diego Arandojo que os recomiendo por si lo ven.



Los estornudos del amor
por
Diego Arandojo

–Si quieres ganar mi amor, búscame un dragón de estornudos –le dijo Tami a su pretendiente, Marcos.
Eran niños. Vivían en una fría ciudad que lindaba con el mar, pero no había puerto, ni siquiera un solo barco.
Marcos estaba desesperado. ¿Cómo iba a conseguir un dragón de estornudos en semejante lugar? Los únicos animales salvajes que había estaban en el paupérrimo zoológico.
Quiso hablar con sus padres, pero estaban demasiado ocupados. Quiso hablar con el abuelo, pero el viejo jugaba a las cartas con el espíritu de su mujer, o al menos él creía que lo hacía.
Los días pasaban. La angustia en el corazón del niño se hacía cada vez más firme, asfixiándole el ánimo.
Se decidió por saber todo sobre dragones. Se internó en la biblioteca, un lugar áspero, abandonado por las masas volcadas al facilismo de internet. Allí, entre el polvo mugriento de los volúmenes, leyó hasta el hartazgo.
Una luz de esperanza se encendió en sus ojos. Salió corriendo de la biblioteca.
Por la noche, Tami practicaba costura con su madre. Muy pronto la niña tendría una hermosa bufanda azul entre sus manos.
Sonó el timbre de la casa. La madre de Tami se levantó y caminó hacia la puerta. Silencio.
–¡Dios mío! –gritó, asustada, la mujer.
La niña dejó sus cosas y corrió hacia la puerta de entrada.
Marcos tenía las ropas rasgadas y el cuerpo repleto de rasguños. Le faltaba la mano derecha, y en la izquierda exhibía una bolsita de plástico vacía.
–Te conseguí estornudos, pero no de dragón. Son los del cocodrilo del zoológico... espero… espero que sirvan… yo te… te amo…
El chico colapsó y cayó muerto sobre el portal de la casa. Tami observó la bolsita que se abrió, liberando aquellos dichosos estornudos que tanto esfuerzo costaron.



Diego Arandojo es escritor y guionista de TV. Nació en Buenos Aires en el año 1978. Ha publicado "Cuentos macabros para sonámbulos" (2004), "Pecados para Compartir" (2005) y la novela "Esquina 718" (2009), en co-autoría con Chino Volpato, del grupo de humor "Midachi". En sus orígenes estudió dibujo e ilustración gráfica, publicando en diversos semanarios nacionales e internacionales, como "Qajas", "Bastión Cómix", "Oliverio", entre otras. Posteriormente se recibió como Realizador Cinematográfico en el IDAC (Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda) y como guionista de televisión en el ISER (Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica). Sus radioteatros infantiles "La música del vidrio" y "La paciencia de los árboles" fueron representados en Argentores, en el marco de los festivales Radioteatros para aplaudir, con gran repercusión. En 2005 su guión "El Caracol Rosa" recibió el premio a mejor guión de cortometraje, otorgado por el Fondo Nacional de las Artes.
Como guionista de cómics, desarrolla distintos proyectos con el ilustrador Edgardo Carosia (ED) en España, publicando en las revistas "Dos Veces Breve", "Usted", "Monográfico", entre otras. Es autor de las series televisivas "Ceronomio", "Padres de la Libertad", y "Caudillos", transmitidas por la señal argentina Canal Encuentro.

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